Nos encontramos en un mundo cambiante que se encuentra en permanente transformación, los avances científicos y tecnológicos nos generan retos importantes como sociedad y más aún a nivel educativo, es por ello que debemos incorporar metodologías de trabajo que fomenten la formación de estudiantes investigadores, críticos, autogestores, generadores de desarrollo, capaces de interactuar en equipo con personas de otros saberes y de proponer alternativas con argumentación y espíritu de ayuda hacia el ser humano y el entorno.

La Educación Superior tiene como objetivo primordial brindar el espacio para fomentar estas capacidades; un lugar privilegiado que cuente con las condiciones para que los alumnos puedan investigar.

Para aprender a investigar, lo primero que se debe hacer es identificar problemas que se perciben en nuestro medio, es decir ¿Qué se quiere resolver? o situaciones que motiven, que llamen la atención, sobre las que se desearía profundizar. Posteriormente definir los objetivos, hacer una revisión bibliográfica y determinar los antecedentes sobre el tema en particular, definir el método que se usará para recopilar la información, ya sea de tipo cuantitativo (encuestas, entrevistas cerradas, cuestionarios) o de tipo cualitativo (entrevistas abiertas, grupos focales, estudio de casos, trabajo de campo, entre otros), y por último a partir de los resultados elaborar conclusiones y recomendaciones.

De esta manera, estamos enriqueciendo nuestra formación y poniendo en práctica los conocimientos adquiridos y por lo tanto, el proceso de enseñanza – aprendizaje se torna más dinámico y no así un aprendizaje memorístico y estático que se limita a la mera repetición de teorías; la investigación nos brinda la oportunidad de dar continuidad a aquellos aportes significativos de autores que gracias a su trabajo de investigación, enriquecieron el saber científico.

En tales circunstancias, esta realidad paradigmática, conduce a las IES a la transdisciplinariedad en sus actividades de investigación, sin descuidar la investigación básica, modificándola y adaptándola a las necesidades e intereses nacionales, regionales o locales, abarcando la sociedad en todo su contexto.